-->Gran luchadora, nunca sale al combate sin su bolso, que parece una ametralladora y sus tarjetas de créditos, a las que considera como sus municiones. Sin ellas no habría shopping, y volver a casa sin compras sería como una derrota… ¡De eso nada! La fashionista se dedica a coleccionar las tarjetas de crédito. Tiene tantas en su cartera que ya no sabe ni dónde meterlas…
-->Estar en sobregiro es casi una costumbre. Pero eso no le impide seguir gastando, porque… “ser una chica in no tiene precio”.
-->No se cuida con dietas y regímenes drásticos, aún así, siempre consigue lucir un cuerpo de escándalo. Su secreto: los escaparates de las tiendas que son su dulce capricho.
Puede quedarse horas delante de un escaparate, porque para ella, es como una obra de arte. Solo una fashionista confirmada sabe valorarlo.
Aunque, hay que admitir que eso de ir de tienda en tienda, siguiendo el compás de la tarjeta y al ritmo de las bolsas de compra la mantiene esbelta y con un cuerpo sumamente tonificado.
-->Vaya donde vaya, siempre lleva en el bolso sus sagradas revistas de moda. Está suscrita a todas las fashion magazines, a las que lee detenidamente para estar al tanto de las últimas tendencias y los chismes de actualidad.
- Su vestuario está repleto de firmas prestigiosas. Es la clave del éxito, porque, como dice el refrán: “Hay que ser y parecer”…pero sobre todo parecer- añadiría la shopaholic. Eso no quita que pueda tener uno o dos bolsos falsificados, comprados en un mercado de Marrakech. Igualmente, consigue lucirlos como si fuesen auténticos.
--> Aunque la pereza le invada, la obsesión por el glamour attitude es más grande. Por ello, se refugia en los clubs de ventas privadas y exclusivas. De este modo, se mantiene fashion sin tener que ir tan lejos.
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